No hay mejor manera de comenzar nuestro blog que hablando de
ese mítico ratoncito que, cuando éramos pequeños, venía a recoger los dientes
que guardábamos debajo de la almohada. Ese mítico
personaje que ha ido pasando de generaciones en generaciones y que a más de uno
nos ha alegrado la noche y nos ha sacado una sonrisa, mellado eso sí, pero
sonrisa en cualquier caso.
La historia sitúa al Ratoncito Pérez en 1894 cuando el jesuita
Luis Coloma se lo escribió al rey Alfonso XIII tal y como indica la placa
situada en la calle Arenal número 8 de Madrid, a tan sólo unos pasos de la
Puerta del Sol. Pero entonces ¿es mito o realidad?
Según el cuento de Coloma, escrito cuando el todavía no rey
Alfonso XIII perdió su primer diente de leche a la edad de 8 años, Pérez nació
en el mismo Palacio Real a finales del siglo XIX. La leyenda cuenta que cuando
sucedió ese hecho, la regente María Cristina ordenó que se escribiera este
cuento puesto que el después rey de España no se tomó muy bien este hecho y lo
creo en una gran problemática, como tal vez para cualquier niño de dicha edad
que no sabía qué estaba sucediendo. Con este cuento lo que se esperaba es poder
crear una historia divertida y anecdótica sobre dicho hecho y, lo que no sabría tal vez
Luis Coloma, es que luego lo convertiría es un mito del que todos los niños
españoles ansían su llegada.
Fue en 2003 cuando se situó la placa que le reconoce su existencia
en la antigua Confitería Prast de Madrid. Pocos sabemos de su existencia, de la
verdadera historia de este recolector de dientes de leche que nos ha visitado y
continúa haciéndolo cada vez que un pequeño pierde un diente de leche y lo
guarda bajo su almohada. Porque, siendo realidad o mito, todos conservamos esa
parte de niños que nos hace soñar.