martes, 27 de noviembre de 2018

Hábitos que hacen necesaria la ortodoncia infantil


Desde pequeños se adquieren una serie de hábitos que si no se corrigen pueden causar problemas en la cavidad oral del niño y, por tanto, en la dentición; por ello mismo es tan importante corregirlos desde bien pequeños.

Algunos de esos hábitos son:

-      Uso prolongado del chupete: Los odontopediatras recomiendan retirar el chupete al cumplir el año aunque, en muchas ocasiones, no se hace caso a estas recomendaciones. Las consecuencias de no hacerlo pueden ser mordida abierta anterior, protusión de los incisivos superiores, compresión maxilar.
-      Chuparse el dedo: Es un sustitutivo del anterior y, además de provocar lo mismo también puede deformar el paladar.


-      Morderse los labios u objetos: Esto lo que provoca es la inclinación de los dientes superiores hacia fuera o de los inferiores hacia dentro. También irritación en la piel y, en ocasiones puede provocar alguna rotura en la pieza dental.

-      Deglución atípica: Esta se produce por la interposición lingual es decir, cuando al deglutir los alimentos el pequeño hace presión con la lengua en los incisivos superiores e inferiores. Esto puede provocar mordida abierta anterior, mordida cruzada, mala posición de piezas dentales (inclinación de los dientes superiores hacia delante).


Todo ello son malos hábitos que deben corregirse y evitarse cuanto antes porque pueden provocar problemas diversos en la cavidad oral y requerir ya no sólo tratamientos odontológicos, si no también ortodoncia.



martes, 20 de noviembre de 2018

Tratamientos de odontopediatría más comunes


La odontopediatría es la rama de la odontología que se encarga del cuidado dental de los peques de la casa y, es muy importante comenzar a visitar a su experto una vez comienzan a marcarse las piezas dentales.  Hoy os vamos a hablar de los tratamientos dentales más frecuentes realizados por el odontopediatra.

·        Obturación: Se caracteriza porque es el tratamiento que trata las caries y que se conoce, comúnmente como ‘empaste dental’. Es un tratamiento tanto para niños como para adultos. ¿Por qué es importante? Porque si las caries no se tratan cuando comienzan a salir, puede llegar a afectar al nervio.
·         Ortodoncia: Es uno de los tratamientos más comunes pensado para corregir la posición de las piezas dentales, su alteración o anomalías en el desarrollo ósea de la boca del pequeño.
·        Flúor: La aplicación de flúor es un tratamiento preventivo que se caracteriza porque se realiza para endurecer el esmalte dental y que así se tenga unas piezas dentales sanas y fuertes y, sobre todo, para inculcar buenos hábitos desde temprana edad.
·        Selladores dentales:   es una barrera de protección para los dientes de los niños, con el fin de sellarlos de los alimentos y bacterias que producen la caries.




miércoles, 14 de noviembre de 2018

El molar de los 6 años


Cuando comienzan a caerse los primeros dientes de los pequeños de la casa, entorno a los 6 ó 7 años, también pueden empezar a quejarse de pequeñas molestias en la boca y esto es porque comienza a erupcionar una muela.
 A ésta y a este dolor se le suele conocer como ‘muela de los 6 años’ ya que nacen entorno a esa edad y puede ser tanto en la arcada inferior como en la superior y su característica principal es que son ya definitivas y no se caerán.
La salida de estos dientes o su erupción, se caracteriza porque ocasionan molestias como cefaleas, dolor de mandíbula y, en ocasiones, también de oídos y, sobre todo, inflamación en la zona que puede ocasionar también llagas.



Durante esta etapa, como siempre comentamos, es muy importante visitar al odontopediatra de forma regular para que compruebe y revise el estado de las piezas dentales y sobre todo que pueda anticiparse a problemas derivados del nacimiento de las mismas. Cuando comienzan a salir las muelas es importante comprobar su evolución porque son los primeros molares son, en parte, los responsables de dar forma a la cara del niño marcando así la posición que tendrán el resto de dientes permanentes.





Es una época en la que las molestias hará que se puedan cambiar los hábitos alimentarios  ya que se evitarán aquellos que sean duros o mucho más complicados de masticar. Fruta o helados hará que la inflamación de la zona se reduzca.  Pero, sobre todo, lo importante es cuidar también la higiene dental e incidir en que se cepille la zona de la erupción de forma delicada y suave. El odontopediatra, además, aconsejará diferentes hábitos y alimentos para hacer más llevadero este proceso y, sobre todo, para poder comprobar que todo se encuentra en perfecto estado.


martes, 13 de noviembre de 2018

El bruxismo infantil


Comenzamos este artículo señalando que el bruxismo es un problema que puede producirse a cualquier edad pero, centrándonos en el titular del mismo, es frecuente que los niños se vean afectados también, sobre todo aquellos que tienen de 4 a 6 años de edad. De tal forma se estima que el 80% de la población infantil tiene síntomas de haber rechinado en alguna ocasión los dientes. 

El bruxismo infantil o rechinar de los dientes se produce por lo mismo que sucede en los adultos, porque se aprietan los dientes y al mismo tiempo la mandíbula y, además, en la mayoría de los casos se hace sin ser consciente de ello.  Realizar esto genera en ocasiones una contracción muy fuerte y continua de los músculos implicados en la masticación y se pueden producir desplazamientos de una arcada dental sobre la otra y, con ello, que los dientes rocen entre sí.




El bruxismo infantil puede generarse por un proceso fisiológico natural que se produce al estimularse los músculos y huesos faciales por el crecimiento habitual del pequeño; por lo que es normal que desaparezca espontáneamente una vez hayan erupcionado los segundos molares y los incisivos permanentes. Pero, también puede producirse por situaciones de estrés como, por ejemplo, la llegada de un hermano, el inicio del curso escolar, un cambio de residencia y demás situaciones de cambio.

El bruxismo lo notará el odontopediatra, por ello es muy importante realizar visitas periódicas al mismo desde bien temprana edad. Porque, como siempre señalamos, es entonces cuando se puede poner remedio a muchas situaciones que una vez se es adulto siempre será más difícil de solucionar y poner tratamiento.

Comenzamos este artículo señalando que el bruxismo es un problema que puede producirse a cualquier edad pero, centrándonos en el titular del mismo, es frecuente que los niños se vean afectados también, sobre todo aquellos que tienen de 4 a 6 años de edad. De tal forma se estima que el 80% de la población infantil tiene síntomas de haber rechinado en alguna ocasión los dientes. 

El bruxismo infantil o rechinar de los dientes se produce por lo mismo que sucede en los adultos, porque se aprietan los dientes y al mismo tiempo la mandíbula y, además, en la mayoría de los casos se hace sin ser consciente de ello.  Realizar esto genera en ocasiones una contracción muy fuerte y continua de los músculos implicados en la masticación y se pueden producir desplazamientos de una arcada dental sobre la otra y, con ello, que los dientes rocen entre sí.



El bruxismo infantil puede generarse por un proceso fisiológico natural que se produce al estimularse los músculos y huesos faciales por el crecimiento habitual del pequeño; por lo que es normal que desaparezca espontáneamente una vez hayan erupcionado los segundos molares y los incisivos permanentes. Pero, también puede producirse por situaciones de estrés como, por ejemplo, la llegada de un hermano, el inicio del curso escolar, un cambio de residencia y demás situaciones de cambio.

El bruxismo lo notará el odontopediatra, por ello es muy importante realizar visitas periódicas al mismo desde bien temprana edad. Porque, como siempre señalamos, es entonces cuando se puede poner remedio a muchas situaciones que una vez se es adulto siempre será más difícil de solucionar y poner tratamiento.

martes, 6 de noviembre de 2018

¿Qué es la Fluorosis?



Se trata de una anomalía en la formación del esmalte de las piezas dentales cuya causa es la exposición al flúor en la formación de los dientes.  Esta, no es un problema de higiene bucal aunque esta se manifiesta con puntos y manchas en los dientes.

El flúor es bueno para los dientes y para la salud bucodental y recomendado por los odontólogos en la mayoría de los casos, pero demasiada cantidad sobre  las piezas dentales aumenta la porosidad del esmalte y hará que estos se vuelvan más frágiles lo que se llama fluorosis.



¿Cómo reconocerla?

Esta se detecta por los cambios en el tono de los dientes de quien la sufre. En ocasiones se originan áreas blancas y opacas sobre el esmalte de la pieza dental y también hay ocasiones que pueden aparecer grietas o estrías en las piezas dentales.

En los casos de fluorosis más avanzados también aparecen manchas marrones o pequeños hoyitos en la superficie de los dientes. Si se llega a padecer de esta manera, también se está expuesto a padecer mayores problemas de salud como depresión, problemas de la glándula tiroides u obesidad.



El mejor tratamiento que se recomienda para esto es un blanqueamiento dental para devolver a las piezas dentales su blanco más natural y, también, si no se devuelve así su tonalidad se procedería a recomendar al paciente las carillas dentales. Pero, como siempre recordamos en Clínica Dental Hernández Vela, todo depende de cada paciente, de su historial y del estado en que se encuentra su problema.