Desde pequeños se adquieren una serie de hábitos
que si no se corrigen pueden causar problemas en la cavidad oral del niño y,
por tanto, en la dentición; por ello mismo es tan importante corregirlos desde
bien pequeños.
Algunos de esos hábitos son:
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Uso prolongado del chupete: Los odontopediatras
recomiendan retirar el chupete al cumplir el año aunque, en muchas ocasiones,
no se hace caso a estas recomendaciones. Las consecuencias de no hacerlo pueden
ser mordida abierta anterior, protusión de los incisivos superiores, compresión
maxilar.
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Chuparse el dedo: Es un sustitutivo del anterior
y, además de provocar lo mismo también puede deformar el paladar.
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Morderse los labios u objetos: Esto lo que
provoca es la inclinación de los dientes superiores hacia fuera o de los
inferiores hacia dentro. También irritación en la piel y, en ocasiones puede
provocar alguna rotura en la pieza dental.
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Deglución atípica: Esta se produce por la
interposición lingual es decir, cuando al deglutir los alimentos el pequeño hace
presión con la lengua en los incisivos superiores e inferiores. Esto puede
provocar mordida abierta anterior, mordida cruzada, mala posición de piezas
dentales (inclinación de los dientes superiores hacia delante).
Todo ello son malos hábitos que deben corregirse
y evitarse cuanto antes porque pueden provocar problemas diversos en la cavidad
oral y requerir ya no sólo tratamientos odontológicos, si no también
ortodoncia.
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