Siempre
hemos escuchado que la Vitamina C es muy buena para el cuerpo y, sobre todo,
para prevenir resfriados y más viviendo en una zona en la que es la estrella de
la agricultura mediterránea. La Vitamina C es antioxidante, lo que, no solo es
bueno como prevención, si no también como cura y cada vez más los productos
dermatológicos apuestan por ella como prevención.
Ésta es
buena para la diabetes, las cataratas, los oídos, la piel y la garganta.
Como
podéis imaginar, también para nuestros dientes y encías. Por ejemplo, el consumo regular de alimentos
con Vitamina C puede hacer que nuestras encías estén más fuertes y sanas y, por
tanto, con menos riesgo de padecer gingivitis.
Al
mismo tiempo, seguro que no sabías que a Vitamina C ayuda a la creación y
regeneración del colágeno que ayuda a mantener una correcta salud bucodental,
así como a paralizar los agentes oxidantes que hacen que está pueda debilitarse
y ser más propensa a diversas enfermedades dentales. Además, ayuda a cicatrizar los tejidos por lo
que, si te sometes a una intervención dental como la extracción de una muela,
el consumo de este tipo de vitamina hará que sea mucho más rápida la
cicatrización y curación de tejidos.
Los fumadores son los que más
deberían ingerir este tipo de vitamina ya que la nicotina y el alquitrán que
contienen los cigarrillos, hacen que las defensas de la boca se vaya
debilitando y se encuentren más expuestos a enfermedades, por ello se les
recomienda más que a nadie su consumo.
En una tierra como en la que
vivimos, el consumo de este tipo de vitamina estás más cerca de nosotros que
cualquier otra cosa y el consumo de naranja, pomelos, fresas, espinacas,
brócoli y coles de Bruselas, entre otros, debería ser algo básico para tu dieta
diaria.
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