Una de las mayores molestias que pueden sufrir nuestros
dientes es la sensibilidad en los dientes que puede ser muy molesta y, en
ocasiones, bastante dolorosa.
La hipersensibilidad existe como un síntoma de diversas
afecciones dentales y gingivales. La sensibilidad es normal ya que los dientes
sienten estímulos de temperaturas, roces o contacto; mientras que la
hipersensibilidad es una reacción exagerada a diversos estímulos que cursa una
sensación muy desagradable de diferentes intensidades que llega a causar un
dolor extremo e intenso.
La hipersensibilidad puede tener su origen tanto en los
dientes como en las raíces e los mismos. Puede sufrirse por una consecuencia de
algunos trastornos infecciosos como son las caries, la enfermedad periodontal y
sus secuelas. También puede sufrirse por una mala posición de los dientes,
bruñimos, hábitos traumáticos o trastornos químicos como pueden ser diversos
ácidos que provienen de la dieta que se siga.
Esta patología afecta a las encías y va destruyendo, poco a
poco, los tejidos y dejando al descubierto raíces dentarias que no se
encuentran preparadas para recibir de forma directa diversos estímulos como son
el frío o el calor. El tratamiento periodontal lleva implícito eliminar todos
los elementos adheridos a las superficies como biofilm bacteriano y sarro,
mediante el raspado de la superficie y, en algunos casos, lleva a aumentar la
hipersensibilidad. La inflamación por
bacterias lleva a la pérdida del tejido óseo y, por tanto, a la inflamación de
las encías que, al ser tratadas, se desinflaman y dejan la descubierto la
encía. Puede tratarse con productos de
manera local o con tratamientos más complejos como pueden ser los injertos que
suponen colocar una encía (artificial o del propio paciente) para cubrir las raíces.
La
enfermedad periodontal puede llegar a depender de la edad ya que es un factor
que afecta particularmente. Bien es
cierto que al aumentar la edad del paciente aumentan las posibilidades de
contraer una enfermedad puesto que las posibilidades de aumentarse a la misma
son mayores también. También ocurre que
hay personas con la encía muy fina y móvil y el hueso que soportan es muy
delgado y favorece dicha retracción.
Lo mejor para tratarla es acudir al odontólogo
para que nos especifique, en la medida de lo posible, su causa y nos pueda
tratar y aportar un tratamiento específico ya que puede ser cuantiosamente
doloroso y, sobre todo, molesto.
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