martes, 30 de octubre de 2018

Dientes supernumerarios o hiperdoncia


¿Qué son? Los dientes supernumerarios o hiperdoncia son dientes que rompen el esquema numérico de la dentición normal, esto es, que no tendrían que haberse formado  pero que sí que lo han hecho y están ocupando un lugar que no les corresponde a ellos.

La hiperdoncia se caracteriza porque se detecta, de forma habitual, cuando el odontólogo realiza una radiografía rutinaria o en la propia revisión dental ya que, sólo un 25% de los dientes numerarios de personas con hiperdoncia llegan a erupcionar con normalidad.



Causas
No hay un porqué exacto a su formación pero una de las hipótesis es que podría ser hereditario. Cabe citar que el 90% de los dientes supernumerarios se sitúan en el maxilar superior y, normalmente, en la zona central entre los incisivos y los caninos, aunque también puede ser en los molares y premolares.

Además, estos se caracterizan porque su forma suele ser más pequeños y con forma muy similar a la de los dientes junto a los que están. Y, como dato importante, estos dientes si no erupcionan pueden causar problemas importantes en el desarrollo normal de la demás dentición, como por ejemplo, interfiriendo en la erupción de los demás dientes bloqueando el camino de erupción o ocpando su espacio en la arcada dental.



En algunas ocasiones, además, los dientes supernumerarios bloquean la salida de los dientes permanentes, lo que puede ser otro problema y, además, ser una situación dolorosa.

El tratamiento será el que el odontólogo aconseje dependiendo de cómo se encuentre el caso, ya que ello depende de cada paciente. Al mismo tiempo, es muy importante señalar que hay que ser conscientes de la importancia de las revisiones periódicas para de esa manera poder detectar cualquier anomalía o alteración.



lunes, 15 de octubre de 2018

Injerto de encías Técnicas de regeneración de la encía perdida del paciente.


Nos encontramos día a día en la consulta con pacientes que presentan retracción de la encía.
Algunos de estos pacientes nos visitan ya que les preocupa mucho el problema estético que les produce esta retracción. Otros, en cambio, por presentar una sensibilidad muy elevada en la zona.


La retracción puede aparecer por problema periodontal, cepillado agresivo, apretamiento dentario, movimientos de ortodoncia entre otros motivos.
Existen diversas técnicas que pueden solucionar al este problema, una de ellas es realizar un injerto de tejido del propio paciente (tejido conectivo) para poder reparar la encía dañada.

El injerto de encías se realiza cuando las hay un caso de encías retraídas, que suele suceder por a una enfermedad periodontal debido, sobre todo, a la placa bacteriana que se acumula por falta de higiene. 


Paulatinamente, el tejido gingival se desprende del diente y se retrae hacia abajo o hacia arriba (dependiendo del maxilar en el que sucede) y entonces es cuando una parte de la pieza dental va quedando más expuesta a la superficie de lo que debería y se produce más sensibilidad dental.
Por ello mismo es por lo que se realiza el injerto de encía, para poder reparar los daños que han ido produciendo con la retracción.

Se podría decir que se utilizan diferentes tipos de tejidos aunque es el odontólogo quién decidirá cuál es el mejor debido al motivo por el que se ha producido el problema:

Tejido conectivo del paciente: Este tejido se extraerá directamente del paladar, separando el tejido conectivo subepitelial que es el que se utilizará para el injerto.
Tejido conectivo artificial: casos en que el paciente no quiere intervenirse para usar su propio tejido del paladar o este tejido no es adecuado.
Como anteriormente hemos comentado, es el odontólogo quien decidirá cómo y cuándo llevarlo a cabo.
Pero, sobre todo, es de mucha importancia acudir a las revisiones periódicas para detectar el problema en estadios iniciales y darle el tratamiento más adecuado. En Clínica dental Hernández Vela estaremos encantados de solucionar todas tus dudas.

miércoles, 10 de octubre de 2018


 Estrés y dolor de dientes…¿relacionados?

En más de una ocasión hemos hablado de ello y de la posible relación que puede existir entre ambos y hoy vamos a profundizar un poco más en la materia.

Estrés y dolor de dientes van cogidos de la mano y éste, es un factor de riesgo en diversas patologías bucodentales como son el bruxismo, los trastornos en la articulación temporomandibular, enfermedades periodontales, caries, etc…



Pero… ¿por qué están relacionados?

Los dientes superiores están en contacto con los inferiores con mucha frecuencia, ¿Cuando? Durante la masticación y también en reposo a lo largo del día, cuando hay situaciones de estrés el contacto entre ellos es más intenso.  

El contacto excesivo entre los dientes de ambos maxilares se conoce como bruxismo, la musculatura facial está mucho más contraída y la articulación temporomandibular a su vez también. 

El apretamiento o bruxismo al generar  una intensa fricción entre los dientes crea como consecuencia un desgaste del esmalte (capa externa del diente) que puede llevar a una exposición de la superficie dela dentina y se aumentan las posibilidades de aumentar la sensibilidad dental.



Puede ocurrir por diferentes causas pero el estrés es una de las más frecuentes. 

Los signos de este aparecen sin que apenas se noten: desgaste en las piezas dentales, grietas o fisuras, dolores musculares, faciales o de articulación........ 

La solución es una férula de desgaste personalizada realizada en la clínica dental,  el odontólogo realizara las revisiones y ajustes necesarios para que esta sea funcional. 

Es por ello por lo que es muy importante visitar al odontólogo de forma periódica y, sobre todo, si notamos algún síntoma o dolor en la mandíbula o dientes, para poder dar un tratamiento adecuado e individualizado.

martes, 9 de octubre de 2018

¿Cuándo es necesaria la ortodoncia infantil?


Los odontopediatras señalan que esta debe comenzar, por norma general, una vez se han cambiado todos los dientes de leche, que suele ser entre los 6 y los 10 años. Pero, hay ocasiones en las que se puede realizar con dientes de leche todavía si supone problemas dentales irreversibles para el niño.  Esta decisión la tomará tanto el odontopediatra como el odontólogo siempre determinada por la gravedad de las alteraciones dentales del paciente.





Siempre comentamos que es aconsejable visitar al odontopediatra una vez se hayan marcado las piezas dentales y, al ortodoncista como muy tarde a los 7 años de edad, para poder detectar los problemas de maloclusión.  Es a esta edad cuando los problemas de alineación de los dientes o los oclusivos se encuentran en fase incipiente y se puede corregir con mucha más facilidad sin que lleguen a agravarse.  Al mismo tiempo, con ello, se corrigen también alteraciones eventuales óseas de los maxilares.

Cuando se trata de ortodoncia infantil se suelen usar apararatogia removible o fija (tipo expansor). Todo ello dependerá del tratamiento y su objetivo, es decir, por ejemplo, si el diente de leche ha caído de forma prematura, el diente definitivo tardará más en salir y el hueco para el mismo favorecerá que los dientes adyacentes se vayan desplazando para ocuparlo.  Para evitar eso es cuando se usan los mantenedores de espacio, para que éste se encuentre ‘despejado’ cuando la pieza dental definitiva salga.



Hay situaciones clínicas en las que el ortodoncista recomendará el uso de la ortodoncia incluso cuando el pequeño conserva los dientes de leche. Pero por ello es muy importante acudir a las visitas del odontopediatra de forma regular y periódica.